Escrito por Mikel Liñares, febrero de 2013.
El objetivo de este
artículo no es una explicación detallada de como nos roban. No
hablaremos de las reformas legislativas que hacen sólo en su propio
interés. Intentaremos ir un poco más allá, porque si a alguien le
quedaban dudas el escándalo de los sobres de Bárcenas se las ha
tenido que quitar de golpe. Ocurre a veces que cuando se están
riendo de ti, descaradamente además como es el caso, incluso
haciendo juramentos de que no son corruptos, quieres que pare, no
ahondar en la burla. Por eso veamos el por qué de la corrupción, y
cómo combatirla.
El por qué.
Vivimos en una sociedad
mercantilista, donde todo se compra y se vende, desde la capacidad de
trabajar de una persona (a cambio de un salario) hasta la comida y el
agua. Esa es precisamente la base de la sociedad en la que vivimos,
el mercado, todo pasa a través de él. Las empresas producen para
ese mercado, y su objetivo es muy simple, obtener beneficios, la
actividad que desarrollan suele ser lo que menos importa.
Las administraciones
públicas mueven una cantidad importante de dinero en contratos
públicos, pero también otorgan licencias, concesiones de
explotación (como el gasoducto de Doñana, donde tiene intereses Gas
Natural, empresa de la que es consejero Felipe Gonzalez), permisos de
obra, recalificaciones de terrenos, ... y para eso ayuda mucho tener
a ciertas personas que puedan facilitar esas relaciones con la
administración, no es raro ver ex-políticos bien situados en esas
empresas (algunas de las cuales ellos mismos privatizaron
previamente), nombraré algunos: Ángel Acebes – PP - Iberdrola,
Jose María Aznar – PP – Endesa, Felipe González – PSOE –
Gas Natural, Josep Piqué – PP – Vueling, Josep Borrel – PSOE –
Abengoa, Josu Jon Imaz – PNV – Petronor, Elena Salgado – PSOE –
Endesa, Pedro Solbes – PSOE – Endesa, Eduardo Zaplana – PP –
Telefónica, ... y del yerno del rey mejor ni hablamos.
La lista es
interminable, he mencionado sólo a algunos de los más conocidos.
Pero tampoco hay que olvidar de dónde venía el dinero de los
sobres, de empresas privadas, muchas constructoras, y ha coincidido
con la burbuja inmobiliaria favorecida por algunas reformas legales
previas, ¿casualidad?, já. Dicen que quién paga el flautista elige
la melodía, y está bastante claro quiénes puede pagar al flautista
y quiénes no tienen ni dinero ni flauta.
Pero seamos concretos,
la corrupción no es la culpable de la situación que vivimos ahora
los trabajadores, al igual que el colapso financiero. Ambos son
consecuencias del sistema en el que vivimos, son un síntoma, son la
fiebre que nos dice que estamos resfriados. ¿Alguien trataría un
cancer con analgésicos?, no hay que perderse en los síntomas, hay
que atacar la raíz del problema, hay que atacar el capitalismo, que
es el que engendra corrupción, crisis, pobreza y hambre cuando la
mitad de la comida que se produce acaba en la basura, !que estúpido!.
Acabar con la corrupción
Sarkozy cuando empezó
la crisis hablaba de refundar el capitalismo, sus palabras entrarán
en la historia como una broma. Entramos en el quinto año de la
crisis y podemos ver las bases sobre las que se está refundando.
Algunos hablan de la necesidad de un capitalismo de rostro humano,
"¡es que hay empresarios que quieren ganar demasiado!, son
demasiado ambiciosos...", pero... ¿acaso podría ser de otra
manera?, ¿podríamos pedirle a los capitalistas que aparquen esa
búsqueda incesante del beneficio?, ¿podríamos pedirles a los
políticos que dejen de favorecer a las empresas de las que son
dueños, las que les contratan y las que les pagan sueldos
astronómicos por no hacer gran cosa?, ¿podríamos pedirle a un león
que se alimentara de hierba por consideración con el resto de los
animales?.
La naturaleza del
capitalismo es la búsqueda del beneficio por encima de todo, y no se
puede hablar de un capitalismo sin esa búsqueda, no se trata de
individuos buenos o malos, se trata de las bases sobre las que
organizamos la sociedad.
Si no queremos
corrupción no hay otro camino que no sea el de romper con el sistema
capitalista, y superarlo por otro sistema en el que los trabajadores
controlen la economía en beneficio del conjunto de la sociedad,
donde no se produzca para el mercado, sino para cubrir necesidad de
la propia sociedad, en una palabra, por el socialismo.
Por si a alguien le
queda alguna duda sobre si se puede "refundar" el
capitalismo, diré que esto no es nuevo, esto escribía Lenin en
1916, ¡hace 97 años!.
"La
unión personal" de los bancos y la industria se completa con la
"unión personal" de ambas con el gobierno. "Los
puestos en los consejos de administración -- escribe Jeidels -- son
confiados voluntariamente a personalidades de renombre, así como a
antiguos funcionarios del Estado, los cuales pueden proporcionar no
pocas facilidades (!!) en las relaciones con las autoridades. . . En
el consejo de administración de un banco importante hallamos
generalmente a un miembro del parlamento o del ayuntamiento de
Berlín". (El
imperialismo, fase superior del capitalismo. Lenin)
Socialismo sí, pero en el
socialismo qué.
La sociedad socialista,
transitoria entre el capitalismo y el comunismo, todavía necesita de
un estado, ¿y cómo evitamos los abusos y la corrupción en esa
administración?. Comento algunas de las ideas que tenían los
bolcheviques cuando llegaron al poder, por qué no se pudieron
aplicar y por qué degeneró la revolución soviética no son el
motivo del artículo, así que no entraré.
- En primer lugar tiene que haber una rotación contínua en las tareas administrativas, con el objetivo de que nadie se haga imprescindible o caiga en la rutina y pueda abusar de su cargo.
- Es necesario que los trabajadores participen y se turnen en la administración del estado, los funcionarios estatales no deben ser un gremio cerrado y privilegiado.
- Toda persona electa para un cargo tiene que poder ser depuesta en cualquier momento por la asamblea que lo eligió, si no cumple con el objetivo para el que ha sido elegida tiene que poder ser expulsada de inmediato. ¡Fuera el gobierno del PP!.
- Salario obrero, una persona que trabaje en la administración no debe tener un salario diferente al de un trabajador normal, si cobran 70.000€ al año y tienen acciones en X empresa es lógico que defiendan los intereses de su clase, opuestos a los de la nuestra. Hay que evitar que los representantes públicos tengan una existencia diferente a la de la mayoría de la sociedad.
Estas deben ser las
bases de una administración revolucionaria, al servicio de la
sociedad y no al servicio de las empresas contra nosotros, una
administración por y para los trabajadores.
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