LA REVOLUCIÓN EUROPEA QUE SE AVECINA
(contra la Europa del euro, por la Europa socialista)
Escrito por Mikel Liñares:
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Acampada en la Plaza del Sol |
El
ser humano es enormemente conservador, mientras podamos aguantar y nos
veamos con cierta seguridad nos guiaremos por el dicho de “más vale malo
conocido que bueno por conocer”. Y es que durante un periodo, en
Europa, el capitalismo “funcionó” para mucha gente. Pero ese periodo
ahora queda atrás. En el sur europeo cada vez está más claro que las
cosas no pueden seguir así y que es necesario un cambio, el problema es
que no está claro qué cambio ni cómo.
La
Unión Europea se fundó sobre unas bases reaccionarias, bajo el
capitalismo no significa más que la alianza de las potencias
imperialistas europeas en defensa de sus intereses, pero esto se pudo
hacer en una época de bonanza económica en la que se pudieron conciliar
los intereses de todas esas potencias. Ahora estamos viendo ya choques
entre los intereses de las burguesías nacionales de cada país, por
ejemplo en torno a los eurobonos. Es probable que, bajo el capitalismo,
en el contexto actual, la UE se rompa.
Pero,
¿que tenemos que decir los trabajadores en torno a esto? La defensa de
nuestros intereses nos lleva inevitablemente a romper con los límites de
la propiedad privada de los medios de producción, que es la
responsable de la situación actual, necesitamos eliminar la busqueda del beneficio de sus dueños y gestionar la producción en beneficio de los trabajadores. Pero el capital es una fuerza
internacional, esto es hoy más claro si cabe que hace 100 años, cuando
Lenin analizó el imperialismo, la nueva fase en la que entraba el
capitalismo. Por tanto, para oponerse a esa fuerza internacional que es
el capital, es necesaria la organización internacional de los
trabajadores. La victoria sobre el capitalismo sólo puede darse a esa
escala.
Cuando
nos referimos a la “revolución mundial”, etc tenemos que tener claro
que no llegara el día en el que trabajadores de todo el planeta se
lancen simultáneamente a la toma del poder, tristemente eso es
imposible. El capitalismo se desarrolla de manera desigual, aunque el
capital, por su carácter internacional, haga que su desarrollo en un
país esté interrelacionado con su desarrollo en el resto del planeta. O
dicho de otra manera, cada país tiene su ritmo, pero no es ajeno a lo
que ocurre en el resto.
Esto
quiere decir que las condiciones para la revolución socialista pueden
madurar antes en un país que en otro. Por tanto, la revolución empieza, y
no puede ser de otra manera, a escala nacional, y, en estados
plurinacionales como España, a nivel del estado completo. La tarea
inmediata que tenemos los trabajadores en el estado español es pues
derribar a la burguesía española, que, aliada con la burguesía catalana y
vasca, extiende sus tentáculos por todo el estado.
Empezaba hablando de lo rápido que maduraban las condiciones revolucionarias en
Europa, pero no lo hacen al mismo ritmo. A la conclusión de que es
necesaria la transformación revolucionaria y socialista de la sociedad
no se llega automáticamente, sino por aproximaciones sucesivas. Primero
es necesario comprobar en la experiencia propia que todos los atajos,
caminos intermedios, intentos de conciliación o “bien común” y demás
soluciones fáciles no son mas que humo y no pueden solucionar la
situación de los propios trabajadores. Y por el alcance de la crisis, la
situación concreta de cada país, etc. el desarrollo de la conciencia
revolucionaria se halla en etapas diferentes.
Pero
también decía antes que todo estaba conectado. Una revolución
triunfante en un país golpea la conciencia de millones de trabajadores
en otros países, y les hace plantearse de inmediato la cuestión del
poder. Testigos de ésto hemos sido con la Primavera Árabe, dónde la movilización y la expulsión de sus tiranos fue vista como una victoria (es un paso adelante, aunque las bases económicas sigan siendo capitalistas) y animó a la lucha a países cercanos.
Roto
el hielo del capitalismo en un país, en un breve periodo de tiempo
podemos esperar réplicas revolucionarias en su entorno, y en Europa más
si cabe, pues la Unión Europea y el desarrollo del capitalismo ha unido a
los trabajadores europeos más que nunca.
Último congreso de la sección pakistaní de la CMI |
Explosiones
sociales, caídas de gobiernos, revolución y contrarrevolución, todo esto
sacudirá Europa y el mundo en los próximos años, el éxito o el fracaso
de esos movimientos de la clase trabajadora serán el éxito o o el
fracaso de su vanguardia, en última instancia, la cuestión es si
conseguiremos levantar una organización revolucionaria capaz de dirigir
esos movimientos a tiempo.
Por
otro lado, he dicho que revolución comienza a escala nacional, sí, pero
se desarrolla a escala internacional y sólo puede triunfar a escala
mundial. Los trabajadores europeos han asumido ya que la primera piedra
del camino son los gobiernos de sus propios estados, pero también saben
que no pueden quedarse ahí. La huelga general europea del 14-n (avanzada
por nosotros en el “Manifiesto por la unidad de Acción”) es muestra de
ello, si los dirigentes reformistas plantearon una jornada europea de
lucha no es sino por la presión de sus bases, que saben que si el cambio
se encierra en unas fronteras nacionales no puede triunfar, ven
necesario llevar la lucha más allá de sus propias fronteras.
Por
eso, hoy, la consigna “contra la Europa del euro” en referencia a la
Europa capitalista de hoy, “por la Europa socialista”, es correcta, y es más actual hoy que nunca.
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